domingo, 5 de marzo de 2017

"LA SOLEDAD SIEMPRE VIENE ACOMPAÑADA" DEL GEALITTERANO RODOLFO TORRES RODRIGUEZ-PREMIO DE LITERATURA EN ESPAÑOL CARMEN LUISA PINTO OTORGADO POR LA EDITORIAL ENTRELÍNEAS

La revista digital Gealittera celebra con Rodolfo Torres Rodríguez su reciente premio otorgado por la editorial Entrelíneas. La novela premiada es "La soledad siempre viene acompañada". Novela elegida como mejor libro del año. Hemos pedido a Margarita Polo Viamontes, colaboradora habitual de Gealittera una entrevista con Rodolfo y aquí la tenemos. Gracias a ambos por vuestra amabilidad y nuestra más sincera enhorabuena a Rodolfo por su trabajo y por su éxito. Es un orgullo para nosotras poder contar con vosotros en nuestra publicaciòn mensual.

Cecilia Ortiz y Camen Membrilla Olea.



ENTREVISTA A RODOLFO. POR MARGARITA POLO VIAMONTES

Ahora la nieve lo cubre todo en el jardín, no podemos salir al balcón, como lo hicimos en junio, mirando anochecer increíblemente a las 10 pm; un espectáculo impresionante para quienes vivimos al otro lado del planeta. Ahora Rodolfo y su esposa Petra me reciben, con su amabilidad de siempre, pero con un frío ambiente alrededor a pesar de la calefacción, pues permanecemos abrigados tomando el ron cubano que trajeron de su reciente viaje a Cuba y comiendo estelares bocaditos alemanes, preparados por ellos.
En esta ocasión tampoco la visita es para quedarnos varios días paseando juntos las calles de Berlín, sino para realizar una entrevista especial para la Revista Internacional Geallitera, que publica mensualmente textos de poetas y escritores de varias partes del mundo, entre ellos Rodolfo Torres Rodríguez, escritor cubano radicado en Alemania hace muchos años.
La poetisa argentina Cecilia Ortiz, editora de Geallitera, junto a la española Carmen Membrilla, me solicitaron entrevistar a Rodolfo, quien recibió recientemente el Premio de Literatura en español, Carmenluisa Pinto del 2015, que otorga la Editorial Entre Líneas, a los mejores libros publicados por esa casa editora anualmente, gracias a su obra La soledad siempre viene acompañada, la cual resultó, además, el Mejor libro del Año.
Acorde al veredicto del jurado internacional el libro se premió, y cito textualmente: “porque abarca con amplitud las vicisitudes, el pensar, las costumbres y la cotidianidad del cubano de a pie. Historia narrada con la sabia manera de contar del autor, amena y llena de un criollismo que lo hace universal.” Entre jaranas y anécdotas recientes, logramos el instante necesario para comenzar las preguntas:
―¿Rodolfo, suponías obtener premios por este libro, cuando lo enviaste a la Editorial Entre Líneas?  ¿Cuánto tiempo te costó escribirlo? ¿Hay en esa narración una realidad vivida por ti, o solo es parte de tu imaginación? ¿Has ganado otros galardones como este en tu trabajo de escritor?
Mi querida Márgara, jamás he escrito nada pensando en concursos, porque eso sería limitarme, ponerme yo mismo una meta, una frontera, y necesito pensar en lo que escribo ajeno a moldes. No me gustan los moldes. Si tengo un libro ya listo para cierta fecha y cabe en los puntos que se exigen pues bienvenido sea. Trabajé de esta manera el libro de cuentos Mis hermanos en la guerra, sobre mis experiencias en la guerra de Angola, y que resultara premio en el concurso 26 de Julio, de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), 1981. Se trataba de textos que tenían años de elaborados, porque volví de Angola a principios de 1977, y no me costó nada acopiarlos para el concurso. Y sí, he obtenido otros premios que ya ni recuerdo cuándo ni dónde. Es que me he dado cuenta de que al final lo único que cuenta, lo que queda, es el texto que cada cual elabora, sea exitoso o no, porque en ese texto está la persona, estoy yo, el que tú conoces y mis amigos también, el mismo de siempre. Algo así no lo cambio por ningún premio. De ahí que me moleste hacer concesiones, digo admitir cambios en lo que escribo, para que simplemente publiquen mis textos.
La novela La soledad... nace de varias ideas que se fueron uniendo bajo el torturante hilo conductor al que someto toda información obtenida para armar una historia; si no encaja en el hilo conductor la deshecho, aunque sea encomiable información.  Y sin dudas las principales ideas de esa novela tienen que ver con las numerosas visitas que hiciera a inicios de la década del 90 del pasado siglo a mi amiga Ana Hilda Pérez, en Habana Vieja y frente al mismo Arzobispado de La Habana. Yo veía el mundo pasar ante su puerta, conocía personajes y anécdotas y todo eso me permitió armar mis personajes y la trama de la novela. Lo que hice fue respirar los aires de aquel barrio.
¿Que si hay algo de una realidad vivida por mí...? Ya lo creo, porque todo texto por muy ficticio que sea incluido el de ciencia ficción o el de la más horrorosa pesadilla trae consigo vestigios de una realidad vivida por el autor, al que mezclo, a la manera del albañil, que levanta una pared, añadiendo ladrillos. No hay manera de sustraerse al influjo de la realidad vivida por cada cual. Y a eso agrego mi imaginación.
Conservo de la novela La soledad... una anécdota deliciosa que no aparece en el texto. Ya yo la había terminado, pero quería opiniones y se la llevé, impresa, a una española-alemana que es traductora, aquí en Berlín. Pocos días después fui por su casa y en la puerta me recibió un ingeniero cubano para el que ella estaba trabajando como intérprete. Se dio media vuelta, buscó la impresión y me la puso con alguna brusquedad en las manos, para decirme sin venir a cuento: "Compadre, dedíquese a otra cosa y no escriba más". Fueron palabras que me estimularon, me empujaron a revisar la novela y con más razón la envié a otras personas. Las opiniones fueron muy diferentes, y una de ellas la de la escritora cubana Cira Andrés Esquivel, en Barcelona me empujó a querer ese libro y a pensar con mucha seriedad en él.
―Conocemos que posees una colección de libros ¿Cuántos tienes en total? ¿En cuales editoriales han hecho realidad tu sueño de escritor?
El primero de "mis" libros es un largo cuento titulado Los ojos de unas pomarrosas, publicado en una selección de cuentos titulada Nuevos Narradores, 1974, creo por Letras Cubanas. Le siguió Mis hermanos en la guerra, de la misma editorial, y casi todos los cuentos de este libro vieron posteriormente la luz en idioma ruso, pero perdí inexplicablemente en cierta casa editora de cuyo nombre no quiero acordarme el original de Más allá de mis raíces, y como siempre uno piensa que fueron los mejores pues aquellos cuentos fueron los mejores que yo escribí.
A mediados de la década de los 80 había terminado la selección de cuentos El diablo quiere ser bueno, que puse a consideración de la editorial Letras Cubanas, pero cuando le llegó el "turno" para la impresión había empezado el "Periodo Especial" y todo sufrió una fuerte contracción, incluida la tinta y el papel, y el libro de casi 200 páginas entró en prensa con unas pocas decenas y bajo el título El camino del infierno,que es uno de los cuentos. Por cierto, de este título guardo una buena anécdota: yo vivía por entonces bastante cerca de donde se realizan las ferias internacionales del libro y me fui a dar una vuelta a aquel sitio. Ese mismo día un escritor hablaría de su obra y del libro que presentaba. Esperé un rato y me largué, no tenía paciencia. Al otro día me llamó un amigo periodista y me dijo que por qué no había asistido a la presentación de El camino del infierno,jejejeje.
Con tanta risa a Rodolfo se le olvida mencionar que, en Miami, comenzó las publicaciones de sus libros con la monografía documentada Un cementerio que agoniza, en el 2011, investigación sobre el nacimiento y transformación de los cementerios, a través de la Necrópolis Cristóbal Colón, en Ciudad de La Habana. Luego con la editorial Entre Líneas publicó la novela titulada ¿Pero las vacas no ponen huevos?, 2012, dos años después la misma casa editora, sacó la colección de cuentos Irse, catorce historias sobre cómo los cubanos logramos salir de la isla. Meses después y todavía en el 2014 vio la luz la antología Bajo el ala del sombrero, con cuentos de cinco autores coterráneos.
―¿Eres periodista de profesión y cuentero por afición, o naciste con el alma de escritor y por eso estudiaste periodismo? ¿Cómo se inició tu carrera? ¿Dónde comenzaste a escribir, en tu ciudad natal?
Sí, sin dudas todo comenzó para mí en las magistrales clases impartidas en el Pre-Universitario de Ciego de Ávila, Cuba, por la doctora Lilia Lamas. Nos enseñó a amar el idioma español. De aquel instituto me fui a la universidad de La Habana a estudiar Jurisprudencia, pero al año y medio comprendí que no tenía madera de leguleyo, sino de fabulador. Y regresé a mi ciudad natal para fundar junto a otros jóvenes el taller literario "César Vallejo", donde aprendí y aprehendí los rudimentos esenciales de este solitario oficio, al decir de García Márquez. Y a todo esto debo añadir toneladas de libros leídos, miles y miles de libros de todos los tipos y formatos y esencias e ideologías.
Escribiendo en aquel taller vine a descubrir que podría resultarme muy útil aprender a adueñarme de la realidad que yo mismo vivía y hacía. Por eso me fui una vez más a la universidad, pero esta vez a estudiar la que me parecía una buena elección: el periodismo.
―¿Cómo realizas tu trabajo de escritor, tienes un lugar específico para elaborar tus obras? ¿De dónde sacas los materiales que utilizas para tus historias?
Tengo un sitio en el que me gusta estar para escribir porque la luz me entra casi por la espalda, a la izquierda, y creo que allí se me ocurren las mejores ideas, pero con los años y las numerosas mudanzas de ciudades, casas y países me he dado cuenta que los sitios buenos son aquellos donde uno se siente bien, donde está cómodo y es querido y comprendido.
Ni yo mismo tengo idea de dónde me vienen las ideas para elaborar una historia. Las más de las veces me siento ante el ordenador con la mente en blanco, pero la profesión como periodista me empuja a escribir y, sin quererlo, repaso mentalmente las vivencias del día o la semana, y lo hago con tal acuciosidad que termino sacándole el lado chistoso o agudo a cualquier situación para hacer finalmente de ella una historia que procuro siempre redondear.
―¿Posees algo en el tintero actualmente con posibilidad de publicar en breve ? ¿Quieres agregar algo más, que te interese dar a conocer a los lectores de Geallitera?
Tengo una novela que verá la luz para la Feria Internacional del Libro, de Miami, a fines de este año, y tiene que ver con el maltrato a las mujeres. Además de un libro de cuentos de mis choques culturales con Alemania y con los alemanes, también el libro de cuentos inédito El diablo quiere ser bueno,así como otras dos novelas casi concluidas. Pero no me cabe la menor duda que las mejores ideas están todavía dentro de mí y a punto de salir a la pantalla a través de las teclas de mi ordenador. Vivo convencido que se escribe más y mejor mientras se escribe más y mejor, y por supuesto leer, leer y leer.
Agradeciendo a Rodolfo y su esposa Petra, su nueva acogida en el hogar que tantos momentos lindos nos guarda siempre, a mi familia y a mí, nos vamos, como dice el Rodo “con nuestra música a otra parte” para entregar en Argentina, la entrevista que saldrá en Geallitera.
Llevamos con nosotros la certeza de que Rodolfo Torres Rodríguez, escribe porque lo siente como una necesidad vital, nunca le ha importado ni el dinero ni la fama, su pasión de escritor es genuina, y cada una de sus obras merece ser leída y aplaudida. Cada libro de Rodolfo resulta un suceso editorial importante, incluso merecedores de premios sustanciales, pero tal vez y sin tal vez, La soledad siempre viene acompañada,le proporcione a este escritor cubano un hito en su historial personal.






Rodolfo Torres y Margarita Polo Viamontes acompañados por
Pedro Pablo Pérez Santiesteban, director de la editorial que otorga el premio



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